Una historia que trasciende en el tiempo
La historia del arca de Noé es una de las más conocidas de la Biblia y comienza cuando Dios decide juzgar la maldad del hombre con un diluvio (Génesis 6:5-7). Sin embargo, Noé halló gracia ante Dios, quien le dio instrucciones precisas para construir un arca y preservar la vida (Génesis 6:8-15). Después de cuarenta días de lluvia, el arca se posó sobre los montes de Ararat, marcando el fin del juicio (Génesis 7:17; 8:4).
Una búsqueda que ha perdurado siglos
La ubicación exacta del arca ha sido un enigma que investigadores e historiadores han intentado resolver durante siglos. El monte Ararat, situado en el este de Turquía, cerca de la frontera con Armenia, ha sido uno de los principales puntos de interés. Este volcán inactivo alcanza una altitud de 5,137 metros y es el pico más alto del país.
La formación Durupinar
En 1959, durante una misión de mapeo para la OTAN, el cartógrafo turco İlhan Durupınar identificó una formación geológica con forma de barco, ubicada aproximadamente a 30 kilómetros al sur del monte Ararat. Esta estructura, conocida como la formación Durupinar, mide cerca de 163 metros de largo, una dimensión que coincide con las medidas bíblicas del arca (Génesis 6:15), lo que ha motivado su estudio durante décadas.
Investigaciones recientes
El grupo de investigadores estadounidenses “Noah’s Ark Scans” ha realizado estudios en el sitio utilizando radar de penetración terrestre (GPR), una tecnología que permite explorar el subsuelo sin excavación. Los resultados han revelado estructuras subterráneas de forma angular, un túnel de cuatro metros y tres capas diferenciadas, que podrían corresponder a los tres niveles del arca descritos en el relato bíblico.
Análisis del suelo
Los estudios también incluyeron análisis químicos del terreno. Estos revelaron un pH más bajo que el del entorno circundante, el doble de materia orgánica y un 40 % más de potasio dentro de la formación. Estas características podrían ser consistentes con la presencia de madera en descomposición, restos orgánicos y señales de que el lugar estuvo cubierto por agua.
Posibilidades y precauciones
Aunque algunos científicos consideran que la formación podría deberse a procesos geológicos naturales, los hallazgos recientes han renovado el interés en la zona. El equipo de investigación ha señalado que, antes de proceder con cualquier excavación, buscarán continuar con estudios no invasivos, con el fin de preservar el sitio y obtener evidencia más concluyente sobre su origen.
Muy interesante
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