¿Quién fue José según la biblia?
La historia de Jose en la Biblia es una de las narraciones más conocidas del Antiguo Testamento. José fue uno de los doce hijos de Jacob, el patriarca también conocido como Israel. De estos hijos surgieron las doce tribus de Israel, aunque José en sí no fundó una tribu directamente. Sin embargo, sus hijos, Efraín y Manasés, llegaron a ser jefes de dos de las tribus más importantes del pueblo hebreo.

Envidia, traición y la túnica ensangrentada
José fue un jóven destacado. Era el hijo preferido de Jacob, quien le regaló una túnica de colores, lo que generó envidia y rencor entre sus hermanos. Este es un punto central en la vida de José según la Biblia, ya que sus hermanos, movidos por los celos, decidieron venderlo como esclavo, fingiendo su muerte. Llevaron la túnica manchada con sangre de cabra a su padre, para hacerle creer que su amado hijo había sido devorado por una fiera.
José en Egipto: de esclavo a administrador de la casa de Potifar
La biografía de José en la Biblia da un giro dramático cuando llega a Egipto como resultado de una traición familiar, ya que sus hermanos, movidos por la envidia, lo vendieron a una caravana de ismaelitas que viajaban rumbo a Egipto. Esta caravana lo llevó como esclavo, y en tierras egipcias fue vendido a Potifar, un oficial del faraón de quien rápidamente ganó su confianza.
Tiempo después, ya establecido en la casa de Potifar, José se había convertido en administrador principal de todos los bienes de su amo. La Biblia relata que Potifar le confió completamente la gestión de su casa. Fue en ese entorno de aparente estabilidad donde surgió una nueva prueba. La esposa de Potifar empezó a fijarse en él y lo seducía insistentemente. José, fiel a sus principios y respetuoso de su posición, rechazó sus insinuaciones, insistiendo en que no podía traicionar la confianza de su señor ni pecar contra Dios.

Tentación, falsa acusación y prisión injusta
Un día, al encontrarse solos en la casa, ella lo tomó por el manto, pero José huyó rápidamente, dejando su ropa en sus manos. Aprovechando la situación, la mujer lo acusó falsamente de intento de abuso, presentando el manto como prueba. Potifar, al escuchar el testimonio, mandó a José a prisión. Aunque no se lo condenó a muerte, algunos comentaristas sugieren que Potifar pudo haber sospechado del engaño de su esposa.

Aquel encarcelamiento, lejos de ser el final, se convirtió en el inicio de una nueva etapa: desde lo más profundo de la prisión, José comenzaría a ascender, guiado por Dios y el don que le habia sido dado para interpretar sueños.
Durante este tiempo, dos funcionarios del faraón —el copero y el panadero— fueron encarcelados por ofensas contra el rey. Ambos tuvieron sueños perturbadores en la misma noche, y José, al ver su preocupación, ofreció su ayuda interpretando ambos sueños con precisión. El copero sería restaurado a su puesto, y el panadero sería ejecutado. Tal como José predijo, así sucedió.
Antes de que el copero saliera de prisión, José le pidió que lo recordara ante el faraón, esperando así una oportunidad para salir de su injusto encierro. Sin embargo, el copero olvidó a José por dos años más. Este período de olvido y espera es crucial en la historia de Jose relatada en la Biblia, pues muestra su paciencia, su fidelidad a Dios en medio de la injusticia, y su capacidad para soportar pruebas sin perder su identidad ni su esperanza.
Finalmente, el momento decisivo llegó cuando el faraón tuvo dos sueños extraños y simbólicos que nadie en Egipto podía interpretar. Fue entonces cuando el copero, recordando su propia experiencia con José, lo mencionó ante el faraón. José fue sacado apresuradamente de la cárcel, y se presentó ante el rey.
Los sueños del faraón y la sabiduría de José
En esta parte impresionante de la historia de José en la Biblia, vemos cómo un esclavo hebreo, injustamente encarcelado, fue llamado ante el hombre más poderoso del mundo antiguo. José no se atribuyó la capacidad de interpretar sueños, sino que declaró: “No está en mí; Dios será quien dé respuesta favorable al faraón”. Luego, explicó que los sueños del faraón predecían siete años de abundancia en Egipto, seguidos por siete años de hambre severa. Pero no solo interpretó el mensaje; también propuso un plan para almacenar granos durante los años buenos y así sobrevivir a los malos.

Impresionado por su sabiduría y discernimiento, el faraón puso a José como segundo al mando en todo Egipto. Lo vistió con ropas de lino fino, le dio un anillo real y un nuevo nombre egipcio: Zafnat-panea. En tan solo un día, José pasó de prisionero a gobernador, cumpliéndose así la palabra de Dios sobre su vida y cambiando el rumbo no solo de Egipto, sino de toda la región.
Ya establecido como gobernador de Egipto, José administró con sabiduría los siete años de abundancia y preparó al país para enfrentar los años de escasez que siguieron. Cuando la hambruna traspasó las fronteras de Egipto, llegó también a Canaán, donde Jacob vivía con sus hijos. En ese momento, decidió enviarlos a Egipto para adquirir provisiones —sin saber que se reencontrarían con el hermano que años atrás habían vendido como esclavo.
Reencuentro de Jose con su familia
La historia de Jose en la Biblia alcanza uno de sus momentos más conmovedores cuando se encuentra cara a cara con sus hermanos. Ellos no lo reconocieron; lo vieron como un poderoso funcionario egipcio, pero José sí los reconoció a ellos. En lugar de revelarse de inmediato, José los sometió a una serie de pruebas para ver si sus corazones habían cambiado y si aún actuaban con egoísmo y engaño.
Uno de los puntos más emocionales en la vida de José según las Escrituras ocurre cuando ve a su hermano menor, Benjamín, el único otro hijo de su madre Raquel. Al comprobar que sus hermanos estaban dispuestos a sacrificarse los unos por los otros y que sentían remordimiento por lo que habían hecho, José ya no pudo contenerse. Llorando, se dio a conocer y les dijo: “Yo soy José, vuestro hermano, a quien vendisteis a Egipto”.

Lejos de guardar rencor, José los consoló y les aseguró que todo lo que había pasado había sido parte del plan de Dios. “No me enviasteis acá vosotros, sino Dios”, les dijo, mostrando una profunda comprensión espiritual del propósito detrás de su sufrimiento. Esta parte de la historia de Jose relatada en la Biblia nos revela un corazón perdonador y lleno de fe.
José pidió que trajeran a su padre Jacob a Egipto. Cuando Jacob oyó que su hijo, a quien creía muerto, estaba vivo y era gobernador de Egipto, su espíritu revivió. La familia entera se trasladó a Egipto y se establecieron en la región de Gosén, donde vivieron en abundancia gracias a la protección de José.
Así concluye la historia bíblica de José, una de las más ricas en enseñanzas sobre el perdón, la fidelidad, y la soberanía de Dios. De ser vendido como esclavo a convertirse en el salvador de su pueblo, José se vuelve una figura clave dentro de la historia del pueblo de Israel. Aunque no fue fundador de una tribu directa, sus hijos Efraín y Manasés fueron adoptados por Jacob y se convirtieron en dos de las doce tribus, lo que reafirma el papel central de José en la historia sagrada.
Así fue como el pueblo de Israel creció en tierras de Egipto. Y los hijos de Israel fructificaron y se multiplicaron, y fueron aumentados y fortalecidos en extremo, y se llenó de ellos la tierra. Hasta que, se levantó sobre Egipto un nuevo rey que no conocía a José.
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